Aunque las personas de la tercera edad precisan consumir mayor cantidad de calorías, tienen necesidades superiores de ciertas vitaminas y minerales.
Es fundamental que estas personas consuman comestibles ricos en nutrientes, como los vegetales y frutas, los cereales integrales, carnes magras (vacuna, de pescado, de ave), leche y productos lácteos descremados, frutas seca (naturales) y semillas; las cantidades de alcohol y dulces son limitadas.
La ingesta de frutas y verduras en cantidades apropiadas incluyen, además de esto, las ventajas de resguardar contra enfermedades cardiovasculares, algunos canceres, y también intervienen en el buen funcionamiento del sistema inmunológico; todo esto, merced a la acción de fitoquímicos. Los antioxidantes presentes, asisten a contrarrestar la inflamación crónica, que es un factor de peligro de cara al desarrollo de diferentes enfermedades degenerantes. La luteína, es un micronutriente muy asociado con la salud ocular; tiene actividad antioxidante y podría resguardar el daño ocular producido a lo largo del envejecimiento.
Las proteínas son macronutrientes esenciales, que deben incorporarse con la nutrición para aportar los aminoácidos esenciales que no pueden ser sintetizados por el organismo. Estos, participan en la síntesis y mantenimiento de los tejidos (como los órganos internos, músculos, vasos sanguíneos y sangre); al acrecentar la edad su digestión eficaz reduce progresivamente, como de masa muscular y los incrementos del peligro de procesos infecciosos.
En lo que se refiere a las vitaminas, la vitamina D ha de ser aumentada en la dieta, con lo que se aconseja la exposición a la luz solar y el consumo de pescados y leche descremada fortificada, para sostener las concentraciones de calcio y fósforo en los límites normales.
La vitamina B12 asimismo se debe acrecentar, para el adecuado funcionamiento del cerebro, con la ingesta de carnes rojas magras, carne de pollo y leche descremada.
En lo relativo a los minerales, el aporte de cromo debe acrecentar con la dieta, con cereales integrales y diastasa, para el normal funcionamiento de los glúcidos y lípidos.
De igual forma, el aporte de zinc se va a aumentar, a través del consumo de carnes rojas, ostras, germen de trigo y cereales integrales; para la adecuada regulación de la expresión de los genes, esencialmente.
Los requerimientos de calcio, asimismo, están aumentados (más o menos 1500mg al día), con el objetivo de sostener la estructura dental y ósea, para la coagulación de la sangre, y para la contracción y relajación muscular; los comestibles fuentes de tal mineral son los lácteos, los vegetales de hojas verde obscuro, el sésamo y los pescados.
Todo señala que para la prevención y/o retraso de las enfermedades propias de la ancianidad es recomendable incluir, esencialmente, los comestibles mentados y nutrientes mentados previamente, aparte de todos y cada uno de los conjuntos de comestibles de forma variada; sin olvidar la ingesta de líquido, para una adecuada hidratación.