A medida que pasan los años el nivel de actividad que efectuamos tiende a reducir, cada vez somos pero sedentarios y el organismo responde con un metabolismo pero lento, con lo que la grasa que se quemaba de forma eficaz con el ejercicio físico rutinaria, ahora comienza a acumularse en nuestro cuerpo.
Mas esto es una cosa que podemos revertir si añadimos 3 elementos a nuestra rutina de vida: una nutrición apropiada, actividad cardiovascular y estímulos anaeróbicos. Examinemos de forma rápida cada uno de ellos de ellos.
La nutrición habitual tiene cuarenta por ciento de grasa, cuarenta y cinco por ciento de hidratos de carbono y quince por ciento de proteínas. Si conseguimos reducir la grasa al treinta por ciento, acrecentar los hidratos de carbono a cincuenta y cinco por ciento y dejar las proteínas en quince por ciento, las ganancias van a ser enormes.
Tabla de Contenidos
- La alimentación
- Actividad cardiovascular
- Actividad anaeróbica
La alimentación
El porcentaje de grasa anatómico de un hombre promedio es de veinte, al tiempo que el de uno que se sostiene razonablemente activo es de 15; a fin de que un hombre de setenta kilos baje de veinte a quince por ciento de grasa debe perder tan solo 4 kilos. Y si ese peso es sustituido por músculo, entonces el cambio en la apariencia va a ser realmente notable.
Conforme con estudios efectuados por estudiosos de la Universidad de Pensylvania, un pequeño programa de alzamiento de pesas puede acrecentar el volumen muscular y la fuerza de una persona hasta doscientos por ciento, aun a los noventa años de edad.
Lo que es una buena nueva puesto que no es preciso machacarse en el gimnasio para conseguir resultados esenciales, con la guía de un adiestrador podemos empezar efectuando sesiones que incluyan tanto ejercicios con pesas como algún aeróbico, de esta forma conseguiremos acrecentar la masa muscular y hacer que la grasa anatómico sea cosa del pasado.
Para iniciar, no es conveniente hacer pesas todos y cada uno de los días. Es preferible alternar un día de aeróbicos y un día de pesas. O bien un día de los dos, seguido de un día de reposo.
Acá es fundamental incluir suficiente tiempo de reposo para permitir al cuerpo recobrarse del esmero al que le hemos sometido, además de esto, el músculo se edifica a lo largo de este proceso de restauración y no mientras que adiestramos. El tiempo de reposo es el que le agrega desarrollo a la masa muscular, que es lo que se busca.
Si se quiere conseguir resistencia, la orden del día es hacer muchas reiteraciones, y no poner muchos kilos en la barra de las pesas. Al paso que para conseguir fuerza es todo lo contrario: poner más peso en la barra y hacer menos reiteraciones.
Los detalles sobre cuales ejercicios y cuanto peso desplazar habrán de ser dados por un adiestrador, no obstante puedes preguntar la sección Fitness para poder ver en detalle como se ejecutan los ejercicios.