El origen de la gimnasia sueca se remonta a mil ochocientos once. El sueco Per Henrik Ling, puso a punto un procedimiento para instruir de manera eficaz la gimnasia. En mil novecientos setenta y ocho, Johan Holme, maestro de educación física, pone al día este procedimiento con ayuda de unos amigos terapeutas para ofrecerle un lado considerablemente más lúdico.
Una gimnasia divertida
Aquí no se compite, ni tampoco hay unas coreografías imposibles de retener, ni movimientos que reiterar 100 veces. Los cursos se realizan con alegría, de buen humor, y en armonía. Los monitores fomentan más el lado lúdico que los resultados. Cada una de las sesiones dura una hora y se organiza en círculos concéntricos alrededor del adiestrador.
Los participantes deben alternar secuencias cardio, reforzamientos musculares, estiramientos y flexibilidad, sobre un fondo de música, para acabar con un tiempo de relajación. Todo el cuerpo trabaja, desde los hombros a las pantorrillas, pasando por la cadena muscular de la espalda y los abdominales. No es la reiteración lo que prima, sino más bien la sensación de movimiento.
Una gimnasia para todos
Sea como sea la edad y la condición física, los movimientos son bien simples y alcanzables. Las distintas intensidades dejan a cada partícipe hallar el curso que mejor corresponda a sus necesidades. Los seniors pueden apuntarse a una versión amoldada singularmente para ellos.
En cuanto a las familias, asimismo pueden participar, tanto es conque los papás con exceso de trabajo, mas preocupados por sostener la manera, y la de sus hijos, asimismo tienen sus cursos concretos. Resultado: al cabo de un mes, a razón de 2 sesiones semanales, se gana en tonicidad, en resistencia, y en velocidad.