Muchas veces nos hemos preguntado: ¿De qué forma es posible que 2 personas que comen precisamente los mismo comestibles a diario una sea obesa y la otra delgada?.
Conocemos probablemente personas que a diario ingieren gran cantidad de calorías sin engordar en absoluto, al paso que otras sufren grandes inconvenientes para bajar de peso o bien tan solo para dejar de engordar con cada mordisco que ingieren.
¿Cuál es la razón?
Hemos ya escuchado la teoría que la naturaleza en su eterna sabiduría ha determinado que esto ocurra por alguna buena razón. Mas si esto fuera tan simple la naturaleza estaría siendo muy injusta con ciertas personas que se sacrifican para no ganar más peso y observan otras que sin esmero se sostienen delgadas y esbeltas.
De todas y cada una formas y viéndolo desde un ángulo más científico se debe siempre y en todo momento partir de la base que la energía se logra siempre y en todo momento por medio de los comestibles y esa energía va a ser consumida a fin de que nuestro cuerpo pueda marchar a diario. Mas, una enorme verdad se oculta tras esta aseveración y es que la capacidad de almacenaje y gasto de energías es diferente entre una persona y otra.
Existe 2 factores que son esenciales y que influyen en el peso de un individuo y estos son primero la cantidad de kilocalorías (Kcal.) que tiene la dieta y en segundo lugar el ejercicio físico que se desarrolla diariamente. De esta manera, cuanto mayor cantidad de Kcal. Se ingieren y menos actividad física se efectúa mayores van a ser las posibilidades que el organismo guarde esa energía que sobra en forma de grasa, en tanto que es la forma más eficaz para guardar las kcal. que no se han eliminado así sea por comer en demasía o bien por no haber hecho suficiente gimnasia.
Sin embargo, es verdad que existen personas que comen de forma rebosante diariamente, no efectúan ningún género de actividad física y prosiguen siendo delgadas, en la medida en que otras se someten a dietas estrictas y ejercicio y consiguen solo bajar ciertos kilogramos con gran complejidad.
Estas situaciones dispares tienen ciertos factores que las determinan:
- Metabolismo basal: Se trata de las energías que cada persona gasta para sostener las funciones de su cuerpo que le dejan proseguir viviendo, siendo completamente independiente si la persona se halla en reposo o bien efectuando actividad física. Cada individuo tiene un metabolismo basal distinto que es diferente en dependencia de ciertas peculiaridades como sexo, altura, edad, agobio, enfermedades. Las alteraciones en el consumo de kcal. en reposo determinan de cierta manera que 2 personas respondan de forma diferente frente a una misma dieta y exactamente el mismo adiestramiento físico.
- El genotipo ahorrador: Toda vez que ingerimos un comestible la cantidad de glucosa en sangre aumenta, lo que genera la insulina, esta hormona deja que las células den paso a la glucosa a fin de que esta entre en su interior y puedan digerirla, mas va a haber células que no dejen exactamente el mismo caudal de paso de la insulina. En la mayor parte de las personas las células musculares captan de forma fácil la glucosa merced a la insulina, existiendo personas donde las células musculares no se abren lo bastante para absorber esa glucosa, en sitio de ellas son los adipocitos los que están ahí para percibir la insulina mas no para absorber la glucosa sino más bien para retener un tipo singular de grasa llamada triglicéridos y esto es debido al comportamiento de una serie de genes que determinará el resultado final del proceso. Las personas que tienen esta clase de células, que no dejan el paso de la insulina, guardan más grasa procedente de los comestibles que consumen. Por todo ello se los llama “genotipo ahorrador”
Estas son 2 de las primordiales razones por las que 2 personas que consumen exactamente la misma dieta y hacen igual cantidad de ejercicio una engorda y la otra no.
Comer lo mismo y engordar diferente es un cuestionamiento que se hizo un conjunto de científicos de la Escuela de Medicina de la Universidad de Yale (EE.UU.), y llegaron a la conclusión que la diferencia se halla en un funcionamiento cerebral diferente que es definido ya antes de nacer.
Así, el equipo de Tamas Horvath hizo experiencias con ratones llegando a la conclusión que la causa que una dieta igual no tenga idénticos efectos en el peso de diferentes persona debe ver con los centros de nutrición que se hallan en una zona del cerebro llamada hipotálamo.
Por ello, personas que son propensas a la obesidad tienen señales neuronales lentas, dando “aviso” que se ha comido lo bastante y que es hora de abrasar calorías. Comprobándose que en aquellos animales que son resistentes a la obesidad las neuronas de la saciedad son más activas y reaccionan con mayor velocidad.
También los resultados explican que no depende de la voluntad personal del individuo el ser obeso o bien delgado, puesto que “quienes son frágiles a la obesidad asimismo desarrollan una inflamación del cerebro, lo que puede justificar por qué razón tienen más contrariedades para perder peso“, concluyen los científicos.
Como una segunda etapa el equipo de estudiosos examinará cuáles son los factores determinantes de que se arraigue un comportamiento o bien otro a lo largo del desarrollo del feto, aparte de revisar si aparte de la genética asimismo entran en juego factores ambientales.